domingo, 29 de mayo de 2016

Buenas noticias: abrazar árboles podría ser beneficioso para tu salud



Existe un movimiento ambientalista conocido como TreeHuggers, quienes se preocupan de cuidar y de abrazar a los árboles, asegurando que genera un positivo vínculo entre hombre y naturaleza. Durante mucho tiempo su teoría fue desacreditada por muchos quienes simplemente los consideraban extremistas ambientales.

Sin embargo, nuevos estudios aseguran que abrazar árboles podría ser extremadamente beneficioso para nuestra salud y ha sido oficialmente validado por la ciencia como un efectivo método de combatir la depresión, aumentar los niveles de concentración y reducir significativamente el estrés.

Matthew Silverstone, en su libro llamado “Cegados por la ciencia” demostró que no sólo este vínculo existe y abrazar árboles es beneficioso, sino que también asegura que pasar tiempo cerca de ellos reduce o hace desaparecer los dolores de cabeza, promueve mejoras en la atención y en el rendimiento laboral.

Además, esta nueva visión es avalada por científicos de la Universidad de Stanford que aseguran que los espacios verdes pueden ser tan o más eficaces que los medicamentos recetados para tratar ciertas enfermedades psicológicas.

Como si fuera poco, estudios en el comportamiento de los niños que se vinculan con áreas verdes y la naturaleza han mostrado una mejora psicológica y física, permitiéndoles funcionar mejor en entornos verdes aumentando significativamente su creatividad.

Todo lo anterior estaría relacionado con las propiedades vibracionales de los árboles y plantas, siendo las principales responsables de generar impactos positivos para nuestra salud.

Así es que ahora ya lo sabes, tienes una razón más para cuidar y proteger la naturaleza que te rodea, recorrerla y llenarte de las energías positivas que nos regala.

¿Quieres llevar una vida más sustentable? Estos son seis útiles consejos para dar el paso definitivo



¿Quieres llevar una vida más sustentable? Estos son seis útiles consejos para dar el paso definitivo

Mucho se ha hablado del cambio climático y de cómo cada pequeño paso impacta positivamente en esta problemática. Para todos los que quieran ir un poco más allá, aquí seis útiles consejos para cambiar nuestro impacto ambiental este 2016.

Cómo nos afecta el cambio climático y cómo solucionar este problema. Un tema del que mucho se habla, pero que pocos realmente se atreven a abordar desde un cambio en nuestros hábitos diarios.

Si este 2016 no quieres quedarte de brazos cruzados, te damos seis útiles tips para dar el paso en grande e invertir en tecnologías que te ayuden a disminuir tu impacto ambiental y además a cuidar tu bolsillo.

– Ahorro de agua: El elemento que más debería importarnos día día, es el que menos cuidamos. Duchas de 15 a 25 minutos, lavar la loza con el agua corriendo o regar el jardín a todo sol, son algunas de las actividades que se pueden reducir con tecnologías como el “sistema de ducha eficiente” que reduce el gasto de agua 270 a 120 litros o el “riego sólido” que disminuye la frecuencia de riego en un 50%.

– Ahorro de gas: En temporadas como el invierno, las cuentas de gas pueden ser un dolor de cabeza, no solo para nuestras billetera, si no por as consecuencias irreversibles que tiene su consumo para nuestra planeta. Hoy en día opciones como “paneles termosolares” o “aerotermia” -que utlizan la energía del sol y el aire respectivamente- pueden ser una mejor opción para calentar el agua o emitir calor, mientras ahorras y disminuyes tu impacto ambiental.

– Calefacción: Mala calidad del aire, preemergencia, uso indiscriminado de leña. Estas palabras podrían pasar al olvido con tecnologías como la “aerotermia”, un sistema que recupera la energía calórica contenida en el aire, y se puede conectar a loza radiante y/o radiadores. Según los expertos esta tecnología además permite ahorrar hasta un 60% en calefacción.

– Electricidad: Cualquier decisión que apunte a la disminución del consumo eléctrico traerá beneficios económicos y ambientales. El cambio de switch puede ir desde cambios de hábitos como: desenchufar lo que no se esté usando o disminuir el uso de ciertos electrodomésticos, hasta implementar tecnologías sustentables como Ampolletas LED (que permiten ahorrar un 75% de consumo energético) o apostar por la auto-sustentabilidad con Paneles Solares.

– Transporte: Digamos que de un día para otro dejas de toparte con tacos en las horas peak ¿sería esto bueno para el medio ambiente? Claro, y es que no sólo bajaría el estrés colectivo, sino que también se dejarían de emitir varias toneladas CO2. Está comprobado que en las horas de más alto flujo de automóviles, en distancias menores a 10 km la bicicleta es el medio de transporte más rápido. Si estás pensando que esa distancia es muy corta para lo que recorres diariamente, también existen las bicicletas eléctricas, una tecnología cada vez más usada en Europa, mientras que para quienes no quieren bajarse del auto y sí quieren disminuir su consumo de combustible, (y de paso su impacto ambiental), el mercado ofrece vehículos de bajo consumo, híbridos y eléctricos, siendo estos últimos la mejor opción para dejar de gastar en combustible si se combinan con paneles solares.

“Apostar por el cambio en el patrón de consumo, la auto-generación de energía limpia y por la implementación de tecnologías eficientes, integrarlas y combinarlas en el hogar, es apostar por la auto-sustentabilidad, concepto que no sólo ayudará a mejorar la calidad de vida de las personas, sino también a disminuir el impacto negativo del cambio climático”.

– Manejo de residuos: El separar los desechos reciclables de los que no, es un hábito que te permitirá disminuir de inmediato, el volumen de lo que va al tacho de la basura. También el compostaje es una práctica que se da cada vez más a nivel domiciliario, debido a los beneficios que trae la reutilización de desechos orgánicos, y es que no sólo se le da una mano al planeta, sino que un buen compostaje puede, en algunos casos transformarse en la solución para la mantención de jardines y huertas orgánicamente.

“Detenerse y entender qué tipo de productos se consumen en la casa y cuales son sus empaques, puede aumentar nuestra conciencia respecto a los desechos que generamos día a día”.


- Humberto Cebada -

domingo, 22 de mayo de 2016

La sexta extinción ya está aquí



Extinción es una palabra que suele evocar imágenes de tiranosaurios, velocirraptores o pterosaurios picudos y de anchas alas. Todos tenemos algunas nociones sobre la época en que estos gigantescos reptiles vagaron por el planeta y, en general, sentimos una fascinación casi morbosa por sus dientes y garras. Obviamente, todos sabemos también que ya no existen. Se extinguieron hace 65 millones de años, en el Cretácico, cuando una bola de fuego cruzó los cielos e impactó violentamente contra la superficie del planeta.

Esta fue la última pero no la peor de las grandes extinciones. Ese dudoso honor le corresponde a la que ocurrió hace 250 millones de años, en el Pérmico, tan masiva que se la conoce como la Gran Mortandad. Otras tres ocurrieron en distintos momentos, desde que hace 3.800 millones de años surgiera por primera vez la vida. Ahora, todo apunta a que asistimos en primera fila a la sexta gran extinción.

Corría el año 1998 cuando una encuesta realizada por el Museo Estadounidense de Historia Natural de Nueva York hizo sonar por primera vez las alarmas. “La mayoría de los biólogos del país están convencidos de que está en marcha una extinción en masa de animales y plantas”, se podía leer a principios de abril de ese año en las páginas de The Washington Post. Según el museo, siete de cada diez biólogos afirmaban que una quinta parte de todas las especies vivas podría desaparecer en menos de tres décadas y que el ritmo de desaparición era mayor que en cualquier otro momento de la historia.

Cualquiera imaginaría que, ante unas predicciones tan dramáticas, se tomarían decisiones políticas y sociales, pero no fue así. La encuesta solo contaba con la opinión de cuatrocientos expertos y no fueron pocos los que pusieron en tela de juicio las conclusiones. Sin datos sólidos que respaldaran el argumento de la extinción, el asunto cayó en el olvido, hasta que las cosas adquirieron un tinte bastante más grave.

¿Se han realizado estimaciones alarmistas?


Hoy por hoy, el programa científico de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, auspiciado por Naciones Unidas, estima que se extinguen a diario entre 150 y 200 especies. Y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) afirma que están en peligro el 41?% de los anfibios, el 33?% de los corales, el 34?% de las coníferas, el 25?% de los mamíferos y el 13?% de las aves. Pese a ello, aún se escriben artículos, como uno publicado en la revista Science en 2013, en los que se afirma que estos datos no son más que “estimaciones alarmistas”. Evaluar con rigor esta cuestión no es cosa fácil.

Para empezar, ni siquiera estamos seguros de cuántas especies existen. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) considera que los datos más fiables son los de un estudio publicado en la revista PLOS Biology, en 2011, que afirma que existen 8.700.000 especies. Una cantidad inmensa si tenemos en cuenta que solo un millón y medio han sido catalogadas. Además, para conocer su ritmo de desaparición, es necesario saber la tasa de extinción actual y la velocidad a la que se extinguían en el pasado. Una información muy difícil de obtener.

Declarar sin sombra de duda una extinción es un desafío. Existen ejemplos de especies que, a pesar de que se las consideraba extintas, regresaron de entre los muertos. También hay casos como el del tigre de Tasmania, cuya pérdida está bien documentada, pero que, aun así, supuestamente se avista de vez en cuando. Además, para concretar el ritmo promedio de desaparición de especies en el pasado, conocido como tasa de extinción de fondo, hay que recurrir a los fósiles, con todas las dificultades que eso conlleva.

Con el objetivo de zanjar esta cuestión, a principios de 2015 un grupo de expertos de las universidades de Stanford, Princeton y Berkeley, liderado por Gerardo Ceballos, del Instituto de Ecología de la Universidad Autónoma de México, decidió poner manos a la obra para llegar a una conclusión más o menos definitiva. ¿Es verdad que el ritmo de extinción se ha incrementado en las últimas décadas? Según sus resultados, sí.

Para eliminar cualquier posibilidad de que sus estimaciones se consideraran exageradas, los expertos limitaron el análisis al grupo mejor estudiado de organismos, los vertebrados. Además, “usamos tasas de extinción de fondo muy elevadas, que minimizan la diferencia con las actuales”, explica Ceballos. “Y solo tuvimos en cuenta –continúa– especies cuya extinción estuviera asegurada, sin incluir otras que es probable que también se hayan perdido, aunque aún no estemos seguros”.

Hasta hoy, ningún estudio había seguido unos patrones tan conservadores, ni arrojado unos resultados tan descorazonadores. “No nos esperábamos que fueran tan malos”, confiesa Ceballos. Según el artículo publicado en Science Advances, lo normal sería que desde 1900 hubieran desaparecido nueve especies de vertebrados. Sin embargo perdimos 468 entre mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces.

“Es un número que en otras circunstancias habría tardado entre 800 y 10.000 años en desaparecer”, señala. Estamos ante una tasa de extinción cien veces superior a la normaly “si obtenemos un valor tan elevado usando un enfoque conservador, que sin duda minimiza el problema, entonces es que la situación es realmente grave”, aclara Ceballos. En este sentido, Anthony Barnosky, profesor en la Universidad de California en Berkeley y otro de los autores del estudio, propone un sencillo ejercicio: “Mira a tu alrededor y de todo lo que ves mata la mitad”.

El hombre invade todos los rincones del planeta


Esta es la verdadera dimensión del problema y, por primera vez en la historia de la Tierra, la fuerza detrás de este desastre no son el clima, los volcanes o un meteorito. El responsable es el Homo sapiens. Un artículo publicado a mediados de junio de 2015, en el que también participó Barnosky, detalla por qué y cómo hemos logrado desestabilizar la biosfera de una manera tan increíble. Es fácil de resumir: “No hay lugar en la Tierra que no haya sido alterado por los seres humanos”.

La Sociedad Geológica Estadounidense apunta que hemos transformado la mitad del suelo disponible y sobra poco más que los de los desiertos, la tundra, las grandes montañas y algún que otro trozo de bosque. Además, nunca se liberó tanto dióxido de carbono a la atmósfera. Es algo sin precedentes y tan geológicamente inusual que, según explicaban hace poco varios expertos en la revista Oceanography, es probable que convierta a este periodo en “uno de los más notables, por no decir cataclísmicos, de la historia del planeta”.

Quizá nos hemos vuelto insensibles hacia un problema que solo vemos a largo plazo. Pero debemos empezar a preocuparnos, porque ya convivimos con unas “tasas de extinción comparables a las que existían cuando desaparecieron los dinosaurios”, señala Barnosky. Y una pérdida de biodiversidad tan dramática pondrá en peligro nuestra propia supervivencia.

La inmensa mayoría de las especies actuales, nosotros incluidos, evolucionaron para hacer frente a las condiciones climáticas que han existido durante los últimos dos millones de años. Sin embargo, a partir de ahora, tendrán que afrontar escenarios muy distintos. “La temperatura media será quizá mayor en 2070 que en cualquier otro momento de la evolución humana”, añade el experto. Si el calentamiento sigue su ritmo, en el año 2100 se llegarán a las temperaturas más elevadas de los últimos catorce millones de años. Es poco probable que las adaptaciones y estrategias de supervivencia que favorecieron a las especies actuales les sean de gran ayuda.

El hombre invade todos los rincones del planeta


Esta es la verdadera dimensión del problema y, por primera vez en la historia de la Tierra, la fuerza detrás de este desastre no son el clima, los volcanes o un meteorito. El responsable es el Homo sapiens. Un artículo publicado a mediados de junio de 2015, en el que también participó Barnosky, detalla por qué y cómo hemos logrado desestabilizar la biosfera de una manera tan increíble. Es fácil de resumir: “No hay lugar en la Tierra que no haya sido alterado por los seres humanos”.

La Sociedad Geológica Estadounidense apunta que hemos transformado la mitad del suelo disponible y sobra poco más que los de los desiertos, la tundra, las grandes montañas y algún que otro trozo de bosque. Además, nunca se liberó tanto dióxido de carbono a la atmósfera. Es algo sin precedentes y tan geológicamente inusual que, según explicaban hace poco varios expertos en la revista Oceanography, es probable que convierta a este periodo en “uno de los más notables, por no decir cataclísmicos, de la historia del planeta”.

Quizá nos hemos vuelto insensibles hacia un problema que solo vemos a largo plazo. Pero debemos empezar a preocuparnos, porque ya convivimos con unas “tasas de extinción comparables a las que existían cuando desaparecieron los dinosaurios”, señala Barnosky. Y una pérdida de biodiversidad tan dramática pondrá en peligro nuestra propia supervivencia.

La inmensa mayoría de las especies actuales, nosotros incluidos, evolucionaron para hacer frente a las condiciones climáticas que han existido durante los últimos dos millones de años. Sin embargo, a partir de ahora, tendrán que afrontar escenarios muy distintos. “La temperatura media será quizá mayor en 2070 que en cualquier otro momento de la evolución humana”, añade el experto. Si el calentamiento sigue su ritmo, en el año 2100 se llegarán a las temperaturas más elevadas de los últimos catorce millones de años. Es poco probable que las adaptaciones y estrategias de supervivencia que favorecieron a las especies actuales les sean de gran ayuda.

El ciclo de la vida, en juego


Incluso quienes son conscientes de ello no se asustan demasiado. ¿Qué importa si hay leones en África o ranas en Panamá? Pero la verdad, señala el experto, es que “para que un ecosistema sea capaz de mantener el equilibrio, necesita especies, porque la diversidad asegura la resiliencia (capacidad del ecosistema de sobreponerse a las dificultades)”. Cuando una especie se extingue, este delicado equilibrio de­saparece, lo que provoca un efecto en cascada que amenaza a muchas otras.

“Aunque solemos olvidarlo, nuestra supervivencia depende en gran medida de los sistemas biológicos y geoquímicos que regulan el planeta”, señala Barnosky. Todas las especies juegan un papel importante. La biodiversidad es uno de los factores que sostienen una infinidad de recursos que el hombre necesita para sobrevivir. Alimentos, agua potable, madera, fibras, combustibles y medicamentos son solo algunos ejemplos de los llamados servicios ecosistémicos. Y cualquier cambio que afecte a la biodiversidad puede poner en riesgo el acceso a estos recursos.

Un ejemplo: ¿qué ocurriría en África si no existieran leones? Sin un gran depredador al acecho, lo más probable es que el número de herbívoros aumentara sin control. Más bocas comiendo plantas darían origen a importantes cambios en el paisaje, una degradación gradual de la cubierta vegetal, erosión del suelo y un aumento de las enfermedades relacionadas con parásitos como las garrapatas, muy comunes en estos animales.

No sería la primera vez que algo así ocurre. Hacia el final de la última Edad del Hielo, casi todas las regiones del mundo estaban habitadas por animales que, a día de hoy, consideraríamos gigantescos. Mamuts, dientes de sable o enormes perezosos desaparecieron, paulatinamente, en una serie de pulsos de extinción que algunos científicos relacionan con la llegada de los seres humanos a sus territorios.

En Australia, los grandes herbívoros se extinguieron hace 41.000 años. Sin animales de gran porte que consumieran la vegetación, los bosques crecieron y acumularon materia orgánica. Los fuegos eran más frecuentes y, según los sedimentos de esa época, provocaron alteraciones drásticas en el paisaje. Donde antes prosperaban especies frondosas, propias de bosques tropicales, empezaron a predominar las plantas adaptadas a climas más secos y con una mayor tolerancia a los incendios, como las acacias.

“Dentro de doscientos años”, argumenta la primatóloga Jane Goodall en el recién estrenado documental Racing Extinction, “las personas van a mirar hacia atrás, hacia este periodo particular de la historia, y se preguntarán a sí mismos: ‘¿Cómo es posible que la gente de aquel tiempo permitiera que desaparecieran todas estas criaturas maravillosas?”. Para la mayoría de los científicos, “el enorme problema ambiental al que nos enfrentamos deriva del crecimiento desmedido de la población humana”, explica Ceballos. Y añade: “Es imperativo frenarlo. Si no, tal vez estemos perdidos”.

Ceballos estima que, en menos de tres generaciones, no tendremos acceso a muchos servicios del ecosistema. Pero evitar una pérdida masiva de biodiversidad es “aún posible si se intensifican los esfuerzos de conservación... Somos la última generación con el poder de tomar decisiones”, defiende. Pero lo que sea que hagamos establecerá el mundo en el que viviremos en las próximas décadas y siglos. No habrá vuelta atrás.

El miedo al reciclaje

Los latinoamericanos sentimos un profundo miedo hacia el Reciclaje. Es como si reciclar fuera una película de terror, un enemigo fantasmal o una tremenda maldición, que llenará de mala suerte a todas las inocentes víctimas, que cometan el gravísimo error de separar los desechos sólidos generados a diario.



Es tan grande nuestro miedo al Reciclaje, que cada año producimos más de 200 millones de toneladas de basura, para que las infinitas botellas de plástico, los vidrios rotos, las cajas de cartón, los metales oxidados, las láminas de poliestireno expandido y los periódicos sucios, sigan aplaudiendo la extrema contaminación en los pueblos de América Latina.

Fue tanta la destrucción ambiental en nuestro continente, que la gente afirma haber visto al misterioso señor Reciclaje, un ser extraterrestre de apariencia sobrenatural, que camina despacio por las principales calles latinoamericanas. No sabemos si es un mito, una fábula o una leyenda popular, pero dicen que el señor Reciclaje solo quiere aleccionar a los lugareños, sobre el problema de la deforestación en los bosques, la polución del aire por la industrialización, la extinción de la biodiversidad por la sequía, y la toxicidad de las fuentes de agua para el consumo humano.

Según el diccionario la palabra Miedo significa la angustia, el recelo, o la desconfianza que un individuo puede llegar a experimentar, por causa de un peligro real o imaginario. Mientras que la palabra Reciclaje se define como el proceso fisicoquímico o mecánico, que transforma los materiales usados en nuevos productos para su posterior reutilización.

Nos preguntamos ¿Es justificable nuestro miedo al reciclaje? ¿Reciclar puede considerarse un peligro real o imaginario para la población? ¿Por qué sentimos tanta desconfianza hacia el reciclaje?

Basta con observar al escalofriante señor Reciclaje en la calle, para que la gente salga corriendo despavorida del lugar. Es como si fuera la reencarnación del mismísimo Diablo. Las personas se horrorizan cuando la voz del señor Reciclaje, les pide con humildad que NO boten la basura en la plaza, en el parque o en la playa. Algunos gritan con desesperación ¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Ayúdenme! Otros se desmayan, alucinan, o hasta son trasladados de urgencia al hospital.

Siguen escapándose los años más bonitos del planeta Tierra, y el temor de reducir, reutilizar y reciclar las montañas de desperdicios, que se van acumulando con rapidez durante las 24 horas del día, viene atormentando el pensamiento de los asustadizos Seres Humanos.

Ellos sufren noches de insomnio, pesadillas y náuseas, cada vez que el señor Reciclaje se atraviesa en una calle ciega, en un programa de televisión, o en un ensayo literario.

Pero debemos saber que reciclar es amar la vida, es cuidar la Tierra, y es preservar la Humanidad. Si usted no recicla la basura que genera en su entorno, es porque no valora su propia existencia, no respeta los recursos naturales, y no comprende la magnitud del daño ecológico ocasionado.

Reciclar es ser creativo, pero somos un clan de mediocres. Reciclar es ser responsable, pero somos una horda de irresponsables. Reciclar es ser consciente, pero somos una tribu de fariseos.

Reciclar es pensar en un mejor futuro para todos, pero todos estamos atrapados en los errores del pasado. Reciclar es para los más valientes, pero somos un concierto de cobardes. Reciclar es mirar fijamente el iris del Sol, pero siempre esquivamos la mirada de la Luna.

Reciclar es abrir las puertas del corazón, pero siempre dormimos en el sueño de Morfeo. Reciclar es llorar la derrota del enemigo, pero siempre congelamos las lágrimas de la victoria. Reciclar es pedir perdón de rodillas, pero somos incapaces de reconocer nuestras equivocaciones.

Reciclar es endiosar un libro, pero rezamos con las leyes del analfabetismo. Reciclar es romper las banderas que roban el credo, pero creemos que nuestra bandera es la mejor de las banderas. Reciclar es la paz, pero somos adictos a la guerra.

Reciclar es ayudar al enfermo, pero sonreímos con la indiferencia. Reciclar es respetar la vida de los animales, pero comemos carne como verdaderos animales. Reciclar es ser positivo, pero elogiamos lo negativo.

Reciclar es tener voluntad de cambio, pero somos tercos por naturaleza. Reciclar es dar los buenos días al prójimo, pero somos buenos verdugos de la Naturaleza. Reciclar es un auténtico don, pero somos un fuerte dolor de cabeza.

Reciclar es hacer lo que decimos, y no simplemente decir lo que haremos. Reciclar es practicar el reciclaje, y no practicar la verborrea. Reciclar es un proceso inclusivo, y no una competencia exclusiva. Reciclar es para todos, pero todos evitan ejercitarlo.

Reciclar es ahorrar la energía eléctrica, pero siempre derrochamos la electricidad. Reciclar es comprar con sentido común, pero compramos con sentido consumista. Reciclar no es para los ángeles del cielo, pero tampoco para los capitalistas del infierno.

Reciclar es ser coherente, aunque todo parezca incoherente. Reciclar es la mejor de las drogas, porque la basura vale su peso en oro. Reciclar es perfumar un jardín de rosas, cuando las cenizas bloquean tus pulmones. Reciclar es la libertad, pero vivimos presos en la ignorancia.

Reciclar es ahorrar el agua potable, pero derrochamos cada gota del vital líquido. Reciclar es fortalecer las virtudes, y potenciar las debilidades. Reciclar es saber que no sabemos nada, aunque pensemos saberlo absolutamente todo. Reciclar es celebrar el 17 de mayo, por encima del 28 de diciembre.

Reciclar es la paciencia en un Mundo de impacientes. Reciclar es donar sangre, para salvar una vida. Reciclar es lograr la independencia, sin asesinar a los soldados. Reciclar no es una elección, es una obligación.

Es muy difícil vencer la raíz de los miedos, sobre todo, si fueron adquiridos en el período de la infancia. Crecimos sin Educación Ambiental en la escuela, en la casa y en la oficina, por lo que la Cultura del Reciclaje no es una prioridad en los países latinoamericanos, y no hay sentimiento de culpa que nos haga cambiar de opinión.

La fobia se propaga con los camiones del aseo urbano, que recogen la basura desclasificada y esperan que las llamas del fuego nocturno, vayan quemando cualquier huella dactilar del ecocidio perpetrado. Por eso, el efecto invernadero del gas metano, aumenta con locura en horas de la madrugada, expandiendo su caluroso hedor en los vertederos a cielo abierto, en los rellenos sanitarios y en las iglesias adyacentes.

Vemos que los gobiernos latinoamericanos no pueden reducir las altas tasas de desempleo, porque la desocupación laboral no sabe que la minería urbana, es la clave para transformar el consumismo tecnológico en sustentabilidad ambiental, porque la pasividad laboral no sabe que con una botella de Tereftalato de polietileno, se puede crear una empresa de manualidades con talento de exportación, y porque la crisis laboral no sabe que con la mágica armonía ecológica, se consiguen con facilidad los votos del domingo electoral.

Queda claro que el señor Reciclaje es un estorbo para la Sociedad Moderna. Vivimos en una colectividad lo suficientemente violenta, frustrada y borrega, como para seguir alimentando el miedo en contra del rey de reyes. No hay psicólogo, psiquiatra o poeta, capaz de curar la enfermedad mental que sufren los millones de hombres y mujeres, que se niegan a recibir la medicina del Conservacionismo dentro de sus cerebros.

Es más fácil contraer nupcias, procrear hijos biológicos y poblar un saturado planeta Tierra, a punto de estallar con los trillones de materiales sintéticos e inorgánicos, que tardarán milenios en biodegradarse por completo, y que tardarán una eternidad en devolverle el rostro a la Pachamama.

Creemos que el miedo al reciclaje, es realmente el miedo a la vida, a los sueños y al progreso. Para perder el miedo a lo desconocido, debemos fomentar el uso de los contenedores de basura, la apertura de los centros de acopio en zonas de alta concurrencia, la instalación de las plantas de tratamiento de los desperdicios, y la utilización de los productos reciclados por parte de la ciudadanía.

Es importante que las comunidades y sus habitantes, trabajen en mancomunidad y respalden el crecimiento endógeno de los pueblos, mediante la gestión integral de los desechos sólidos, y la protección blindada de nuestro Medio Ambiente.



- Humberto Cebada -



Energías

Energías
La disponibilidad energética de las fuentes de energía renovable es mayor que las fuentes de energía convencionales, sin embargo su utilización es escasa. El desarrollo de la tecnología, el incremento de la exigencia social y los costos más bajos de instalación y rápida amortización, están impulsando un mayor uso de las fuentes de energía de origen renovable en los últimos años.
De igual modo, el cuestionamiento del modelo de desarrollo sostenido y su cambio hacia un modelo de desarrollo sostenible, implica una nueva concepción sobre la producción, el transporte y el consumo de energía.
En este modelo de desarrollo sostenible, las energías de origen renovable, son consideradas como fuentes de energía inagotables, y con la peculiaridad de ser energías limpias, con las siguientes características: suponen un nulo o escaso impacto ambiental, su utilización no tiene riesgos potenciales añadidos, indirectamente suponen un enriquecimiento de los recursos naturales y son una alternativa a las fuentes de energía convencionales, pudiendo sustituirlas paulatinamente.

- Humberto Cebada -

Debemos tomar conciencia sobre el cuidado de la biodiversidad

No es posible concentrarse en mejorar el rendimiento de las cosechas sin tomar en cuenta la fertilidad del suelo, malezas, plagas, patógenos y animales polinizadores. La tala de árboles, la desecación de humedales, la fumigación en laderas, entre otros, pueden significar impactos irreversibles sobre el ambiente.


En la actualidad, existe un motivo común de inquietud, es el hecho que las actividades humanas han reducido la diversidad biológica a escala mundial, nacional y regional y que esta tendencia no ha mostrado signos de modificarse. Esto se manifiesta en la pérdida de poblaciones de animales y vegetales, en la extinción y agotamiento de los recursos y en la simplificación de ecosistemas y comunidades.

Un problema frecuente es la falta de información básica sobre los recursos de cada nación o región, muy pocas tienen inventarios o estudios biológicos básicos y muchas carecen de un simple mapa ambiental del área. La mayoría carecen de planes de gestión específicos o adolecen de falta de medios económicos y personal especializado, aparte de una escasa organización institucional. Es por esto, se requieren estrategias adecuadas en materia de planificación y manejo de recursos, que permitan por un lado revertir la degradación de los ecosistemas y por el otro asegurar el aporte que estos hacen al bienestar humano.

La extinción de especies vegetales y animales es uno de los síntomas más preocupantes, ya que constituye un proceso irreversible que nos priva para siempre de un material genético único e irremplazable del que tal vez ni siquiera sepamos aún que aplicaciones prácticas podrá tener en beneficio de la misma humanidad que los destruye. Este tal vez sea el concepto más fácil de comprender en el mundo materialista e interesado en que habitualmente nos movemos, pero no es el único motivo que aconseja la conservación de especies. Efectivamente ya tendría que bastarnos el solo hecho de no alterar sustancialmente la delicada trama que une a los seres vivos entre sí, y que nos recuerda que cada especie ocupa un nicho ecológico peculiar que, con su extinción, o bien queda vacante o es ocupado por otras especies más ubicuas. Con lo cual se simplifican o desaparecen cadenas alimenticias singulares, y como si esto fuera poco, el solo derecho a coexistir en el planeta Tierra en las especies vegetales y animales debería erigirse como el principal argumento para evitar la extinción por todos los medios.

La preocupación no viene por el hecho de que desaparezca alguna especie, sino porque se teme que estamos asistiendo a una masiva extinción. Lo que preocupa, y muy seriamente, es la posibilidad de provocar una catástrofe que arrastre a la propia especie humana.

Los organismos que han habitado la Tierra desde la aparición de la vida hasta la actualidad han sido muy variados. Los seres vivos han ido evolucionando continuamente, formándose nuevas especies a la vez que otras van desapareciendo. Se calcula que sólo sobreviven en la actualidad alrededor del 1% de las especies que alguna vez han habitado el planeta.

Si calculamos la tasa de extinción de este momento, basándonos en los números de especies por área, teniendo en cuenta la pérdida de bosques tropicales (aproximadamente 1/3 en los últimos 40 años), se extinguen 50.000 especies por año (sólo 7.000 de ellas conocidas). Esto representa 10.000 veces la tasa natural de extinción y significa un 5% del total de especies por década. De mantenerse estos números, a fines del siglo XXI habrán desaparecido dos tercios de las especies de la Tierra.


Es necesario tomar medidas y realizar acciones decisivas para conservar y mantener los genes, las especies y los ecosistemas, con miras a una gestión y utilización sostenible de los recursos biológicos. El gobierno nacional, los gobiernos provinciales y las municipalidades debían emprender un camino conjunto en preocura de establecer metas que posibilitaran un mejor conocimiento de la realidad biológica y el diseño de estrategias adecuadas para que se pudieran utilizar en forma sostenida los recursos. En este sentido, es importante implementar planes y programas que desarrollaran la evaluación, el estudio y la observación sistemática de la biodiversidad. Algunas de las medidas a tener en cuenta, serían:

-Promocionar un desarrollo económico ambientalmente adecuado, en base al uso sostenible de los componentes de la biodiversidad, fomentando la participación del sector privado y público para estos fines.

-Fortalecer la coordinación entre las partes interesadas, así como el fomento a las normas y prácticas comerciales que promuevan la utilización sostenible de la diversidad biológica.

-Obtener recursos financieros y promoción de la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de la diversidad biológica, incluyendo bienes y servicios ambientales.

-Seleccionar y seguir proyectos referidos a: identificación y valorización de los componentes de la biodiversidad, rehabilitación y restauración de ecosistemas degradados, entre otros.

-Asegurar que todo uso de especies y de ecosistemas sea sustentable.

La Argentina como integrante de esta misma nave espacial, el planeta Tierra, donde los hombres crean frontera y la naturaleza se encarga de eliminarlas, no ha permanecido al margen del problema de la extinción, que si bien no alcanzó características catastróficas, se agudiza día a día. Falta la toma de una real conciencia pública de la cuestión por parte de todos los sectores para que realmente se pegue un giro brusco de timón que nos aleje del peligro de perder en los próximos años los más significativos exponentes de nuestra flora y fauna autóctona.

Por suerte, la inmensidad del país y las vastas extensiones que cubren la mayor parte de sus ambientes naturales han permitido aún salvaguardar en nuestros días la mayoría de nuestros exponentes florísticos y faunísticos, aunque estamos lejos ya de aquella idea de virginidad ambiental que imperaba hasta hace pocos años. Estos recursos han sido aprovechados irracionalmente en los últimos 50 años, causando la pérdida de un alto porcentaje de sus componentes. Lo más lamentable, es que se desconocen las verdaderas potencialidades que los ecosistemas albergan en su integridad.

Argentina presenta una diversidad natural y cultural extensa y variada que debe conocerse y preservarse para estas generaciones y las futuras. Se deben integrar en los procesos de desarrollo a todos los sectores y actores sociales que estén involucrados, con el fin de respetar la identidad cultural de cada región. La utilización-conservante de los recursos biológicos y genéticos que diferentes biomas contienen, desempeñará un papel primordial a la hora de establecer las pautas de mejoramiento progresivo de las condiciones socioeconómicas que nuestra población posee.

El principal beneficio de la biodiversidad no es el uso directo de las especies, sino el funcionamiento equilibrado de los ecosistemas. La provisión de agua potable, la regulación del clima, el control de la erosión y de la desertización, la fertilidad de los suelos, el reciclaje de nutrientes, el combate a las plagas, el mantenimiento de los pastos, la renovación de la pesca y el tratamiento de desechos, así como otros servicios ambientales intangibles del tipo de prevención de desastres naturales, las opciones para el ocio y el turismo o la propia capacidad de la naturaleza para regenerarse, todos dependen de las funciones del planeta, de mantener las funciones básicas de unos ecosistemas que han encontrado su equilibrio a lo largo de los siglos. Todos los niveles de biodiversidad están relacionados entre sí. No es posible concentrarse en mejorar el rendimiento de las cosechas sin tomar en cuenta la fertilidad del suelo, malezas, plagas, patógenos y animales polinizadores. La tala de árboles, la desecación de humedales, la fumigación en laderas, entre otros, pueden significar impactos irreversibles sobre el ambiente y su aprovechamiento. Conservar la biodiversidad significa saber gestionar la naturaleza de una forma sostenible, para nosotros y para las futuras generaciones.


- Humbreto Cebada -



domingo, 15 de mayo de 2016

Un vertido de Shell deja una mancha de 60 kilómetros cuadrados en las aguas del golfo de México

La Guardia Costera local ha reportado que el derrame había sido controlado y dos empresasya han sido contratadas para comenzar las operaciones de limpieza.




Casi 340.000 litros de crudo de una instalación petrolera de la compañía Shell en el golfo de México se han vertido frente a la costa del estado de Luisiana, EE.UU., este jueves, dejando una mancha de 60 kilómetros cuadrados sobre la superficie marina, informa la cadena NBC News, citando a las autoridades estadounidenses.

La Guardia Costera local ha reportado que el derrame ha sido controlado y dos empresas ya han sido contratadas para comenzar las operaciones de limpieza.

De acuerdo con la Oficina de Control de Seguridad y Medio Ambiente, que es parte del Departamento del Interior de EE.UU., Shell ha reportado que ha detenido la producción de todos los pozos que fluyen a su plataforma Bruto, a unos 144 kilómetros al sur de la isla de Timbalier, Louisiana.

Según la oficina de seguridad, no se han reportado heridos en el lugar del accidente.

- Humberto Cebada -

Japón está marcando el camino a seguir con los puntos de carga

El sector del automóvil está cambiando y los primeros datos lo confirman: en Japón ya existen más puntos de carga para coches eléctricos que gasolineras.



Los cambios que está viviendo la industria del motor en muchos países está siendo muy rápida pese a que las ventas de coches eléctricos sean siendo reducidas. El primer paso para el cambio es modificar el sistema de repostaje, pasar de las gasolineras a los puntos de carga, y en Japón ya existen más puntos de carga que gasolineras, siendo uno de los pocos países en alcanzar este hito. ¿Por qué es tan importante?

En el país ya se han superado los 40.000 puntos de carga, entre públicos y privados, superando a las 34.400 estaciones de servicio en Japón. Es lógico pensar que no podría pasar mucho tiempo para que esta situación se produjera: el coste de un punto de carga en un garaje cuesta menos de 2.000 euros y una gasolinera varios cientos de miles de euros.

El dato es importante porque confirma el cambio de tendencia pero lo verdaderamente importante será cuando existan más puntos de carga públicos que gasolineras ya que esto significará que la Administración Pública también confía en el coche eléctrico. Por el momento son los fabricantes y los dueños de vehículos eléctricos los que están haciendo el mayor esfuerzo pero comienza a dar sus frutos gracias a hitos como estos.

Hasta ahora los fabricantes no interferían en el negocio del repostaje pero el sector está cambiando y están tratando de controlar todas las fases del coche eléctrico: producción de baterías, tecnología, diseño, ventas y recarga. Y lo más importante es que muchos se están asociando para crear redes de carga rápida de forma conjunta y que los propietarios de sus vehículos puedan usar sin problema para recorrer grandes distancias.

Los cambios se producen de poco en poco pero en los últimos 10 años el sector del automóvil ha vivido el mayor cambio en los últimos 100 años. Un cambio que adelanta la próxima revolución en el sector: la movilidad eléctrica asequible y para todos. Ahora la pregunta es ¿cuántos puntos de carga deberían existir para que el coche eléctrico triunfe?


- Humberto Cebada -



La agonía del agua dulce

En el futuro próximo, este recurso vital se volverá escaso. La escasez del agua se convierte en uno de los 7 problemas principales del mundo, a la par del cambio climático. Esta es la realidad y nos debe preocupar a todos. Por eso debemos protegerla, manejarla y distribuirla adecuadamente. No se vale desperdiciarla, porque es ilógico, irracional y tiene un costo ambiental, social y económico.

La agonía del agua dulce


70% de la superficie terrestre está cubierta de agua. Solo el 2.5% del agua disponible es dulce, pero de esta el 70% está congelada en los glaciares, y el resto está en los suelos como humedad o está encapsulada en profundos mantos subterráneos. Hoy día menos del 1% del agua dulce están disponibles para consumo. Hoy un 18% de la población mundial (más de 1.100 millones de personas) no tiene acceso a agua potable, y más de 2.400 millones de seres carecen de saneamiento adecuado. Más de 2.200 millones de personas, la mayoría niños, mueren cada año a causa de enfermedades asociadas a la falta de agua potable. Se estima que el consumo de agua aumentará en un 40% en los próximos años.

El consumo global de agua dulce se ha multiplicado por 6 entre 1900 y 1995, mientras que la población solo lo ha hecho por 3. El consumo total de agua se ha triplicado desde 1950, sobrepasando los 4.300 KM3/año. Para el 2025 según los expertos dos tercios de la población mundial vivirá en países con escasez moderada o severa de agua.

Por otra parte, la distribución del agua dulce es muy desigual. Solo el 2% de la precipitación mundial cae en las zonas áridas y semiáridas, que representan el 40% de la masa terrestre.

Las causas de esta crisis anunciada del agua son varias; todas relacionadas con el hombre: cambio climático, deforestación, contaminación de fuentes, sobreuso, sobreexplotación, desperdicio. Pero también en cuanto a calidad hay otros factores que afectan en agua, entre ellos:

-la mayor parte de la población vive en cuencas compartidas, lo que provoca mayor competencia en cuanto a su uso (58 en América).

-la situación jurídica de protección y manejo del recurso es ambiguo y no se ajustan a las realidades actuales.

-la falta de recursos económicos para tener redes adecuadas de distribución y contar con plantas de tratamiento y evitar su contaminación.

-la falta planificación en el crecimiento de ciudades y proyectos (industriales, turisticos, agrícolas).Se presiona peligrosamente el recurso agua.


Hoy el agua potable llega de fuentes cada vez más lejanas, de embalses o ríos. Pero también una gran mayoría, proviene de fuentes subterráneas (constituyen el 97% del agua dulce del mundo), las cuales estamos sobreexplotando y contaminando. Según un estudio, el agotamiento incontrolado de las fuentes de agua subterráneas representa una seria amenaza para la seguridad de los alimentos en muchos países pobres. Bueno, no solo para la alimentación; también para la salud y paz social, agregaríamos nosotros.El sector agrícola con la irrigación es el mayor consumidor de agua del mundo (65%).Son pocos los países que cuentan con un riego eficiente. Luego tenemos al sector industrial con un 25%. Finalmente esta el sector domestico y de otros usos urbanos con un 10%. Un dato interesante es que para el 2015 el uso industrial subirá al 34%, en detrimento al uso agrícola y doméstico.

La escasez del agua es un problema hidrológico que ha derivado a un problema humano, y de seguridad nacional en algunos países. Pero también se ha convertido en un problema económico, pues es demandado en un 90% de las actividades económicas.

En consecuencia, tenemos grandes desafíos para el agua .Entre ellos: proteger y recuperar la fuentes principales (deforestadas, erosionadas, salinizadas); distribuirla correctamente (a todos los usos con prioridad al doméstico); dar agua de calidad; controlar la contaminación de las agua superficiales y especial de las subterráneas; aprender a reusar el agua; aprender a no desperdiciar este recurso vital; darle un valor económico al agua. Pero quizás el principal desafío es mental: que APRENDAMOS QUE EL AGUA NO ES UN RECURSO INAGOTABLE.

El agua tiene derecho a la esperanza.


- Humberto Cebada -

domingo, 8 de mayo de 2016

Shengshan, un pueblo devorado por la Naturaleza

El archipiélago de Shengsi está situado en la desembocadura del río Yangtze. Lo forman 394 islas, de las que sólo son habitables 18. 

Entre ellas destaca la isla de Shengshan que ha sufrido una transformación radical debida a los cambios económicos de la región. Esta zona es un hervidero de pescadores en invierno, estación del año en la que consigue reunir a unos 100.000. 

El pueblo de Shengshan fue abandonado cuando la actividad económica se desplazó al continente, lugar donde el pescado podía ser transportado, procesado y vendido de forma más eficiente. 

La naturaleza empezó a realizar su lento y silencioso trabajo y actualmente cubre casi por completo las casas y calles de la isla. 

En estas instantáneas, tomadas recientemente por la fotógrafa Jian Qing, puedes ver el estado actual del pueblo de Shengshan.












- Humberto Cebada- 

Casas bioclimáticas: ahorro de recursos energéticos

Casa bioclimática

La población mundial crece rápidamente, mucho más en los países en desarrollo. Si tenemos en cuenta que el uso de energía global se basa hoy en día mayoritariamente sobre los combustibles fósiles, los problemas medioambientales que se generan por ello y que las fuentes que los originan están próximas a agotarse, se hace mucho más necesario el uso eficiente de los recursos energéticos y el desarrollo y la mejora en el rendimiento de otras fuentes de energía, sobre todo de las energías renovables.
Con el uso más eficiente de la energía conseguimos ahorrar recursos energéticos, proteger el medio ambiente ya que se reducen las emisiones a la atmósfera y con ello, mejoraríamos las condiciones de vida de la población mundial.
No obstante conviene distinguir entre ahorro energético y eficiencia energética. Puedes conseguir un ahorro energético en tu hogar simplemente bajando el termostato de la calefacción (se estima en un 7% por cada grado), pero eso no significa que tengas un adecuado confort dentro de tu casa. En cambio, mejorando la eficiencia energética, consumes menos energía manteniendo el mismo confort. O sea, consigues lo mismo (o más) por menos. Y esto, aparte del beneficio medioambiental para el planeta se traduce en un inmediato beneficio económico para tu bolsillo.
Las energías renovables juegan a favor de la mejora en la eficiencia energética de tu casa. En primer lugar, con el diseño de la misma, orientación, materiales de construcción, aislamiento, etc. En las construcciones tradicionales estos eran factores determinantes pues se trataba casi de una cuestión de supervivencia. Pero hoy en día con las comodidades que ofrece la vida moderna, a la hora de construir una vivienda se olvidan esos aspectos tan básicos que pueden suponer mayor confort y mayor eficiencia en nuestra edificación.  Así podemos conseguir un ahorro del 70% en calefacción en épocas frías y en refrigeración cuando el calor aprieta.
El primer paso para evitar el alto consumo de combustibles para calentar una vivienda en invierno es centrarse en su forma –una vivienda que requiere poca calefacción debe evitar ciertas formas arquitectónicas (la relación entre el área de superficie externa de paredes y el volumen de espacio que calentar en el interior determinará su eficiencia energética): una vivienda con dos alas utilizará dos veces más que otra con la misma superficie en forma rectangular. Otra cuestión se trata de equipar el edificio con un grado superior de aislamiento, sobre todo en las paredes y en el forjado. Y por supuesto evitar puentes térmicos y otras filtraciones de energía. Las ventanas con doble acristalamiento y sellado hermético son imprescindibles.
En el exterior de la construcción también se puede actuar. Mediante un uso adecuado de la vegetación, podemos minimizar la pérdida de calor en invierno y proporcionar sombras refrescantes en verano.
Recuerda que el ahorro energético debe plantearse como una medida a medio-largo plazo (una instalación solar para abastecer la vivienda con agua caliente sanitaria tardará unos años en amortizarse), ya que las condiciones térmicas en el interior deberían mejorar con el tiempo (la vegetación en el exterior tardará un tiempo en proporcionar la sombra necesaria para refrescar en verano.

Arquitectura bioclimática

En el caso de que la vivienda utilice energía solar pasiva como fuente principal de calefacción, procura asegurarse de que la masa térmica en el interior sea suficiente. Estas casas de bajo consumo energético, aprovechan un sistema de calefacción "pasiva", necesitando una sexta parte del consumo energético (15 Kwh./ anual por metro cuadrado) de una vivienda convencional. Las fuentes de calefacción son el calor corporal de los ocupantes y el calor producido por los aparatos eléctricos, como el frigorífico y el televisor (30%), la utilización de un sistema de ventilación de recuperación de calor para recircular el aire caliente (28%), y a través de la energía solar pasiva (25%).
En el diseño de edificios, sobre todo viviendas, la orientación debería ocupar el primer lugar, permitiendo la recepción y utilización de medios pasivos y activos de energía solar. El diseño bioclimático puede proporcionar una buena regulación de cambios climáticos, permitiendo un buen control del confort térmico interior sin gastos energéticos adicionales. Contemplarála máxima captación solar en los períodos fríos y la minimización de las pérdidas de calor – a través de la técnica constructiva, el color, la textura, los materiales empleados, la colocación de los aislamientos de manera selectiva, la orientación de las fachadas, la colocación de aleros y ventanas, así como galerías de ventilación controlada y sistemas vegetales hídricos reguladores de la temperatura y la humedad.
La orientación al sur, además, es probablemente el hecho singular más importante en relación con un edificio. Si el edificio está bien ubicado, gran parte de la fuente de energía está garantizada. Aunque la idea del espacio orientado al sur es sencilla, tiene repercusiones importantes en el uso del suelo, si se pretende aplicar. En el caso de una promoción de viviendas, sería necesario reorganizar las vecindades residenciales de manera que las casas se ubicarían en el lado norte y las parcelas privadas habrían de ser más largas en dirección norte-sur.
Una vivienda unifamiliar aislada no puede considerarse como el mejor ejemplo de máxima ahorro energético, debido a que el ratio entre el área de superficie externa y el volumen es, por regla general, sobre 2:3 (0,71), mientras otra vivienda adosada que se encuentra ubicada entre otras se sitúa en un ratio inferior a 1:2 (0,45). Cuanto más bajo el ratio, mejor la eficacia energética.

Casas bioclimáticas y Energías Renovables

La instalación de colectores térmicos que calientan el agua caliente sanitaria mediante la energía del sol, logrará un gran ahorro energético permitiendo su amortización en pocos años. Utilizando mecanismos de ahorro de agua en la grifería y aislamiento térmico en las tuberías evitará las pérdidas de calor en algunos tramos, permitiendo así que se disponga de agua caliente más rápido y, por tanto, con menos pérdida de agua. La instalación también puede servir de soporte para un sistema de calefacción por suelo radiante e incluso radiadores, precalentamiento del agua para ciclos de lavado de lavavajillas, lavadora, etc.
Otra cuestión a estudiar es la posibilidad de incorporar una instalación de generación eléctrica, con la ubicación de unos paneles fotovoltaicos. La energía solar fotovoltaica puede utilizarse de forma centralizada o aplicarse directamente en el bombeo del agua, la alimentación de electrodomésticos u otras funciones domésticas concretas, mediante pequeñas instalaciones aisladas.
Otras alternativas a tener en cuenta son las instalaciones de aerogeneradores. Existen distintas posibilidades, como un molino de viento que puede hacer funcionar un pequeño motor, o las modernas instalaciones eólico-fotovoltaicas que combinan ambos recursos renovables consiguiendo un suministro eléctrico completo altamente fiable.
El fuego suele servir de apoyo en muchas viviendas bioclimáticas, sobre todo durante los períodos de poca insolación. Además, el calor por radiación parece hacernos sentir más reconfortados. Recomendamos el uso de una estufa de combustión lenta por ser el sistema más eficiente, sobre todo cuando la estructura de la estufa es de hierro fundido, debido a la gran capacidad de irradiar calor a la estancia. Si se utiliza leña como principal fuente de combustión, es preferible utilizar la poda de árboles de madera dura (olivo, algarroba, almendro) que lleva al menos un año secándose. Las estufas de pellets son otra opción, mucho más cómoda para muchos y existe un amplio catálogo disponible. Existen calderas de biomasa, que pueden sustituir a las tradicionales de gasóleo, gas natural, propano… y con las que la vivienda obtendrá una mejora sustancial en su calificación energética.
En zonas residenciales una pequeña planta de cogeneración podría resultar la mejor forma de proporcionar calefacción/refrigeración y corriente eléctrico a la vez. La cogeneración consiste en la producción de dos o más formas de energía desde una sola fuente.

Buenos Hábitos

Una de las características de la convivencia en una casa bioclimática o de bioconstrucción es la utilización de medios de bajo consumo. En iluminación, éstas incluyen el uso de bombillas eficientes como las lámparas LED.
Las bombillas LED y los electrodomésticos de alta eficiencia proporcionarán un ahorro importante al respecto de los sistemas convencionales. El ahorro puede consistir en pautas de comportamiento básico como apagar las luces de una habitación al salir de ella, o desconectar los electrodomésticos cuando no se utilizan. La etiqueta europea de eficiencia energética en los electrodomésticos obliga a los fabricantes a indicar su consumo. Los nuevos lavavajillas, por ejemplo, han reducido el consumo de energía en un 40% y el del agua en un 60%.


- Humberto Cebada-


Top 25 problemas medioambientales

contaminacion



El planeta tierra tiene que encarar actualmente numerosos problemas medioambientales. El calentamiento global, la lluvia ácida, la contaminación del aire, los residuos, la disminución de la capa de ozono, la contaminación del agua, etc, afectan a cada ser humano, animal y nación del mundo. En las últimas décadas, la sobreexplotación del nuestro planeta y la degradación de nuestro ambiente han alcanzado cotas alarmantes. Además, parece como que la madre naturaleza reaccionara contra nuestros ataques en forma de desastres naturales, como inundaciones, tsunamis o ciclones.

Hay muchos grupos medioambientales que están educando a la gente sobre como sus pequeñas acciones combinadas con las de otros, juegan un gran papel en la protección del planeta. Y muchos países cada día refuerzan la normativa ambiental o hacen planes de reducción de residuos o contaminación a largo plazo, en un esfuerzo de limitar su impacto en el medio ambiente. Pero aún así, cada día que pasa parece que los problemas se hacen mayores. Aquí están los 25 problemas medioambientales más preocupantes de nuestro mundo hoy en día.

1.- Contaminación del aire: las fuentes más frecuentes de contaminantes atmosféricos provienen de la industria y de los gases de combustión de los vehículos. A la atmósfera llegan gases contaminantes, metales pesados, etc, que a su vez ocasionan nuevos problemas

2.- Contaminación del agua: disponer de agua limpia es en muchos lugares algo inusual. El agua se está convirtiendo en un bien preciado y gran parte de la población mundial lucha cada día por conseguir este recurso indispensable para la vida. Los residuos procedentes de la industria y ciudades y de la agricultura son las principales fuentes de contaminación del agua.

3.- Contaminación del suelo: conlleva una degradación de la tierra como consecuencia de la actividad humana como la minería, el vertido de residuos, la deforestación, la actividad industrial, la construcción o la agricultura intensiva. Puede a su vez tener un tremendo impacto sobre la contaminación del agua y de la atmósfera: recuerda, que todo en el planeta está conectado.

4.- Cambio climático: a pesar de empezar a hablar sobre el cambio climático desde las dos últimas décadas, sigue estando en boca de todos. El cambio climático del planeta provoca impactos destructivos como la progresiva desaparición del hielo en los polos, cambios en las estaciones o la aparición de enfermedades nuevas o ya erradicadas.

5.- Calentamiento global: el uso de combustibles fósiles conlleva la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, que contribuyen al calentamiento global. Sin embargo, esto podría cambiar si se potenciase el desarrollo del aprovechamiento de fuentes de energías renovables.

6.- Deforestación: nuestros bosques y selvas generan oxígeno, depuran el aire, y adicionalmente contribuyen a mantener el equilibrio en cuanto a temperatura y precipitaciones. En estos momentos, aproximadamente un 30% de la superficie del planeta está cubierta por bosques maderables, pero éstos sufren una progresiva desaparición según la población humana los invade para conseguir materias primas, alimento o nuevos hogares. Por ello, la deforestación seguirá siendo un problema creciente en el futuro.

7.- Incremento en la huella de carbono: el aumento de temperatura junto con el cambio climático son consecuencia de las actividades humanas, incluyendo el uso de gases de efecto invernadero. A medida que la atmósfera se modifica y el calor se incrementa, aparecen nuevos problemas que contribuyen a la destrucción del planeta.

8.- Modificaciones genéticas: la modificación genética utilizando biotecnología se conoce como ingeniería genética. Desconocemos los efectos de las modificaciones genéticas en plantas y animales con el fin de que sean más productivos o resistentes, sobre todo, aquellos efectos a largo plazo en el medio ambiente o incluso en la salud humana.

9.- Efectos en la vida marina: la solubilidad del dióxido de carbono en el agua provoca acidificaciones que conllevan problemas en las poblaciones de fauna y flora marinas, incluyendo los seres microscópicos que son base de los ecosistemas. Al final, nuestros recursos marinos se verán afectados.

10.- Problemas de salud pública: los problemas medioambientales acaban afectando a la salud humana y a las criaturas del planeta. El hecho de no poseer agua potable a diario supone un gran problema para el bienestar de poblaciones enteras, comprometiendo su viabilidad.

11.- Sobrepoblación: el número de habitantes del planeta está llegando a límites insostenibles. Cada vez hay menos recursos básicos, como agua potable, alimentos o combustibles. La sobrepoblación es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad.

12.- Pérdida de biodiversidad: la biodiversidad es otra víctima más de las acciones del hombre en el medioambiente, el resultado de 3,5 millones de años de evolución. La destrucción de hábitats es la mayor causa de pérdida de biodiversidad. La pérdida de hábitats están causados por la deforestación, la sobrepoblación, la contaminación y el calentamiento global.

13.- Residuos industriales: la sobreexplotación de recursos, los plásticos, y los residuos creados por la actividad industrial, están creando un problema de magnitudes insospechadas. Los países desarrollados desechan cantidades ingentes de residuos y basuras, y muchos acaban en el mar o incluso, se trasladan a terceros países.

14.- Disminución de la capa de ozono: la capa de ozono es una barrera protectora indetectable a simple vista que nos protege de las radiaciones dañinas del sol. La emisión a la atmósfera de clorofluorocarbonados (los CFCs) son los mayores responsables de la aparición de agujeros en la capa de ozono, siendo el más grande el que se sitúa en la Antártida.

15.- Actividades mineras: la minería es la actividad por la que se extraen minerales y recursos de la tierra. Los minerales en ocasiones van asociados a sustancias químicas perjudiciales que afloran a la superficie terrestre en la extracción. Además, la actividad minera puede causar emisiones tóxicas al agua, aire o contaminar el suelo.

16.- Agotamiento de recursos naturales: los recursos naturales no renovables son limitados y su explotación será imposible llegado el día.

17.- Desastres naturales: los terremotos, inundaciones, tsunamis, cyclones, erupciones volcánicas parecen ser más impredecibles y destructivos que nunca.

18.- Centrales nucleares: los residuos nucleares contienen sustancias radioactivas. Son el subproducto de las centrales nucleares que producen gran parte de la energía que consumimos. Los residuos nucleares son extremadamente peligrosos para la vida de humanos, animales y plantas, y dado su larga vida, son residuos muy difíciles y complicados de eliminar o almacenar de forma segura.

19.- Especies en peligro de extinción: la sobrepoblación humana conlleva la invasión de nuevos espacios naturales, y esto, reduce los hábitats de especies en peligro de extinción. Sin lugares donde vivir, estas especies desaparecen a un ritmo constante.

20.- Lluvia ácida: la lluvia ácida es consecuencia de la presencia de determinadas sustancias (ácidas) emitidas a la atmósfera. Las emisiones de estos ácidos son consecuencia del uso de combustibles fósiles, pero también de emisiones de volcanes o de materia vegetal en descomposición.

21.- Contaminación agrícola: la agricultura moderna se ha intensificado de tal forma que es imposible llevarla a cabo sin la utilización de grandes cantidades de químicos (fertilizantes, pesticidas, etc). Algunos de los productos utilizados no desaparecen del medio ambiente y permanecen en el suelo, contaminan las aguas, etc.

22.- Contaminación lumínica y acústica: son fenómenos comunes en los países desarrollados, sobre todo en las grandes ciudades. Afortunadamente, la normativa europea va cuidando cada día más estos aspectos.

23.- Dispersión urbana: hace referencia a la reubicación de poblaciones urbanas hacia zonas perimetrales más deshabitadas, lo que conlleva la progresiva urbanización de zonas rurales. Esto ocasiona nuevos problemas de residuos, contaminación, tráfico, … en lugares donde antes no existían.

24.- Residuos médicos: son aquellos producidos en hospitales, clínicas, clínicas dentales, etc, y son considerados peligrosos para la salud hasta el punto de tener una normativa específica para su manejo y eliminación. Los residuos pueden incluir jeringuillas, guantes, agujas, catéteres, restos de sangre y tejidos, o textiles, que pueden ser foco de contagio de enfermedades.

25.- Basuras y vertederos: la gran cantidad de basuras generadas por las sociedades más desarrolladas crean un gran problema puesto que cada vez hay menos espacio disponible para construir vertederos con capacidad suficiente para eliminarlas. Se hace necesario políticas más restrictivas desde la misma producción de los residuos, y que favorezcan aún más el reciclado, reutilización y valorización.


- Humberto Cebada-

domingo, 1 de mayo de 2016

COPENHAGUE OBLIGA A INSTALAR TECHOS VERDES POR LEY

La capital de Dinamarca es otra de las ciudades de países desarrollados que implementó una normativa a través de la cual se exige a las empresas constructoras a instalar vegetación en las azoteas de los edificios. Si bien ciudades como Toronto y París también disponen de normas similares, el objetivo de las autoridades dinamarquesas es mucho más ambicioso: ser una ciudad con emisión nula de gases de efecto invernadero en el año 2025.



La normativa comenzó a aplicarse en la ciudad desde el año 2010, un año después de haberse realizado la XV Conferencia sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas de Copenhague, considerada como un “fracaso” debido a que no cumplió con el objetivo de establecer un acuerdo jurídicamente vinculante sobre el clima, debido al choque entre la visión de los países desarrollados y la de las naciones en desarrollo. Lo cierto es que la normativa para obligar a instalar techos comenzó a aplicarse a partir de un protocolo de sustentabilidad desarrollado por las autoridades locales, en principio, para las construcciones de palacios gubernamentales, aunque luego se extendióe al ámbito comercial y residencial.

Las azoteas verdes comenzaron en Alemania, pero fue a partir de 2008 cuando ciudades como Toronto (Canadá) y Pekín (China) comenzaron a implementar planes gubernamentales destinados a promover la instalación de techos verdes en las azoteas de las construcciones. Recientemente París se sumó a la lista de “ciudades verde”, al regular la construcción de edificaciones comerciales y obligar a las empresas a cubrir las azoteas con plantas y arbustos o, en su defecto, instalar paneles solares.

Si bien el objetivo de todas las ciudades que implementan este tipo de políticas es contribuir a la reducción de emisión de gases de efecto invernadero, el objetivo de la capital de Dinamarca es más ambicioso: cubrir con vegetación las azoteas con el fin de llegar a ser una ciudad con emisión nula de gases de efecto invernadero en el año 2025.



Los beneficios de los techos verdes son múltiples: absorben el agua de lluvia hasta en un 80 por ciento por lo que son muy beneficiosos para prevenir problemas de inundación; asimismo, protegen las edificaciones de los rayos UV por lo que reducen las temperaturas urbanas con la consecuente disminución del consumo de energía para calefacción o refrigeración de los ambientes. Como si esto fuera poco, los techos verdes también sirven para cultivar productos de autoconsumo y mejorar la calidad del aire en las ciudades.


- Humberto Cebada -

No es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia.


Suiza es en realidad un país que goza de una limpieza envidiable. Allí la batalla contra la basura es toda una filosofía perfeccionada: se procesa todo lo que puede ser clasificado y separado.

Durante los años 80 hubo una verdadera catástrofe ecológica: los rios y lagos estaban contaminados con fosfatos y nitratos, la tierra con metales pesados y la gente producía toneladas de basura cada mes. Los habitantes empezaban a quedarse sin aire limpio para respirar y debieron tomar medidas desesperadas.

El método más efectivo mostró ser la clasificación de basuras. En Suiza no hay excepciones para nadie, todos están obligados a separar y clasificar la basura en contenedores.



Por ejemplo para deshacerse de una bolsita de té usada se debe separar la etiqueta (que va al recipiente destinado al cartón), el papel va a los papeles usados y el residuo biológico va a la compostera. Al pequeño gancho lo espera el bote de metal usado y el hilito va a dar a una bolsa debidamente marcada. Cualquiera pensaría que es un chiste pero no es así. Quienes no lo hagan deben pagar una multa.


Cada día se reciclan:

  • Papel. 70% del papel que se usa en el país es reciclado.
  • Cartón. Se recicla aparte del papel. Llevar a cabo este proceso con el cartón es más caro (costo asumido por quien lo ha usado).
  • Baterías. 60% de todas las baterías vendidas en Suiza regresan al proveedor y por ningún motivo se arrojan al cesto de basura.
  • Vidrio: Suiza lidera en cuanto a la cantidad de botellas que son devueltas. Más del 90% de los recipientes regresan a las fabricas para que el vidrio sea reciclado. Cabe resaltar que los ciudadanos deben quitarles la tapa y clasificar las botellas de acuerdo al color del vidrio.
  • Botellas plásticas. El 71% de ellas son recicladas.
  • Viejos aparatos electrónicos.
  • Recipientes de conservas (metálicos). Lo interesante aquí es que cada persona debe comprimirlos con una prensa magnética. El 70% de este tipo de recipientes son reciclados.
  • Recipientes de aluminio. (Que no son los mismos que los de conservas). El 90% de ellas se recicla.
  • Las lámparas de luz de día.
  • Cadáveres de animales. Debe pagarse un precio extra por este tipo de desechos. Está prohibido enterrarlos.
  • Aceite vegetal.
  • Aceite de vehículos. Cambiarle el aceite al automóvil de manera autónoma está prohibido y sólo puede hacerse por técnicos en estaciones de servicio autorizadas, y no es gratis.
  • Residuos compostados: residuos de comestibles, plantas domésticas, estiercol y la arena del gato, cenizas, aserrín, hojas del césped, ramas, etc.
  • Materiales domésticos neutros tales como piedras, porcelana.
  • Medicamentos caducos.




Claro que es posible tirar la basura al tacho pero entonces habrá que ensuciarse pagando un impuesto que se cobra por cada kilogramo de residuos. Cada bolsa de basura debe tener una marca adhesiva que indica el pago de ese impuesto. Tirar 5 kilogramos de basura cuesta alrededor de 2 o 3 francos (2 o 3 dólares).

La policía de la basura (que en realidad sí se llama así aunque no lo creas) abre cada bolsa que no contenga la marca adhesiva y busca allí cualquier documento, recibo o factura que logre dar con el paradero de su dueño. La multa por evadir esta ley cuesta 10 mil francos, es decir cerca de 10 mil dólares.

La razón más importante del éxito de este método para deshacerse de la basura no son las elevadas multas o el temor a las autoridades, sino la conciencia de los ciudadanos. Todos saben que si cada uno clasifica su basura entonces la vida es mejor. Tienen razón.


- Humberto Cebada -