
La población mundial crece rápidamente, mucho más en los países en desarrollo. Si tenemos en cuenta que el uso de energía global se basa hoy en día mayoritariamente sobre los combustibles fósiles, los problemas medioambientales que se generan por ello y que las fuentes que los originan están próximas a agotarse, se hace mucho más necesario el uso eficiente de los recursos energéticos y el desarrollo y la mejora en el rendimiento de otras fuentes de energía, sobre todo de las energías renovables.
Con el uso más eficiente de la energía conseguimos ahorrar recursos energéticos, proteger el medio ambiente ya que se reducen las emisiones a la atmósfera y con ello, mejoraríamos las condiciones de vida de la población mundial.
No obstante conviene distinguir entre ahorro energético y eficiencia energética. Puedes conseguir un ahorro energético en tu hogar simplemente bajando el termostato de la calefacción (se estima en un 7% por cada grado), pero eso no significa que tengas un adecuado confort dentro de tu casa. En cambio, mejorando la eficiencia energética, consumes menos energía manteniendo el mismo confort. O sea, consigues lo mismo (o más) por menos. Y esto, aparte del beneficio medioambiental para el planeta se traduce en un inmediato beneficio económico para tu bolsillo.
Las energías renovables juegan a favor de la mejora en la eficiencia energética de tu casa. En primer lugar, con el diseño de la misma, orientación, materiales de construcción, aislamiento, etc. En las construcciones tradicionales estos eran factores determinantes pues se trataba casi de una cuestión de supervivencia. Pero hoy en día con las comodidades que ofrece la vida moderna, a la hora de construir una vivienda se olvidan esos aspectos tan básicos que pueden suponer mayor confort y mayor eficiencia en nuestra edificación. Así podemos conseguir un ahorro del 70% en calefacción en épocas frías y en refrigeración cuando el calor aprieta.
El primer paso para evitar el alto consumo de combustibles para calentar una vivienda en invierno es centrarse en su forma –una vivienda que requiere poca calefacción debe evitar ciertas formas arquitectónicas (la relación entre el área de superficie externa de paredes y el volumen de espacio que calentar en el interior determinará su eficiencia energética): una vivienda con dos alas utilizará dos veces más que otra con la misma superficie en forma rectangular. Otra cuestión se trata de equipar el edificio con un grado superior de aislamiento, sobre todo en las paredes y en el forjado. Y por supuesto evitar puentes térmicos y otras filtraciones de energía. Las ventanas con doble acristalamiento y sellado hermético son imprescindibles.
En el exterior de la construcción también se puede actuar. Mediante un uso adecuado de la vegetación, podemos minimizar la pérdida de calor en invierno y proporcionar sombras refrescantes en verano.
Recuerda que el ahorro energético debe plantearse como una medida a medio-largo plazo (una instalación solar para abastecer la vivienda con agua caliente sanitaria tardará unos años en amortizarse), ya que las condiciones térmicas en el interior deberían mejorar con el tiempo (la vegetación en el exterior tardará un tiempo en proporcionar la sombra necesaria para refrescar en verano.
Arquitectura bioclimática
En el caso de que la vivienda utilice energía solar pasiva como fuente principal de calefacción, procura asegurarse de que la masa térmica en el interior sea suficiente. Estas casas de bajo consumo energético, aprovechan un sistema de calefacción "pasiva", necesitando una sexta parte del consumo energético (15 Kwh./ anual por metro cuadrado) de una vivienda convencional. Las fuentes de calefacción son el calor corporal de los ocupantes y el calor producido por los aparatos eléctricos, como el frigorífico y el televisor (30%), la utilización de un sistema de ventilación de recuperación de calor para recircular el aire caliente (28%), y a través de la energía solar pasiva (25%).
En el diseño de edificios, sobre todo viviendas, la orientación debería ocupar el primer lugar, permitiendo la recepción y utilización de medios pasivos y activos de energía solar. El diseño bioclimático puede proporcionar una buena regulación de cambios climáticos, permitiendo un buen control del confort térmico interior sin gastos energéticos adicionales. Contemplarála máxima captación solar en los períodos fríos y la minimización de las pérdidas de calor – a través de la técnica constructiva, el color, la textura, los materiales empleados, la colocación de los aislamientos de manera selectiva, la orientación de las fachadas, la colocación de aleros y ventanas, así como galerías de ventilación controlada y sistemas vegetales hídricos reguladores de la temperatura y la humedad.
La orientación al sur, además, es probablemente el hecho singular más importante en relación con un edificio. Si el edificio está bien ubicado, gran parte de la fuente de energía está garantizada. Aunque la idea del espacio orientado al sur es sencilla, tiene repercusiones importantes en el uso del suelo, si se pretende aplicar. En el caso de una promoción de viviendas, sería necesario reorganizar las vecindades residenciales de manera que las casas se ubicarían en el lado norte y las parcelas privadas habrían de ser más largas en dirección norte-sur.
Una vivienda unifamiliar aislada no puede considerarse como el mejor ejemplo de máxima ahorro energético, debido a que el ratio entre el área de superficie externa y el volumen es, por regla general, sobre 2:3 (0,71), mientras otra vivienda adosada que se encuentra ubicada entre otras se sitúa en un ratio inferior a 1:2 (0,45). Cuanto más bajo el ratio, mejor la eficacia energética.
Casas bioclimáticas y Energías Renovables
La instalación de colectores térmicos que calientan el agua caliente sanitaria mediante la energía del sol, logrará un gran ahorro energético permitiendo su amortización en pocos años. Utilizando mecanismos de ahorro de agua en la grifería y aislamiento térmico en las tuberías evitará las pérdidas de calor en algunos tramos, permitiendo así que se disponga de agua caliente más rápido y, por tanto, con menos pérdida de agua. La instalación también puede servir de soporte para un sistema de calefacción por suelo radiante e incluso radiadores, precalentamiento del agua para ciclos de lavado de lavavajillas, lavadora, etc.
Otra cuestión a estudiar es la posibilidad de incorporar una instalación de generación eléctrica, con la ubicación de unos paneles fotovoltaicos. La energía solar fotovoltaica puede utilizarse de forma centralizada o aplicarse directamente en el bombeo del agua, la alimentación de electrodomésticos u otras funciones domésticas concretas, mediante pequeñas instalaciones aisladas.
Otras alternativas a tener en cuenta son las instalaciones de aerogeneradores. Existen distintas posibilidades, como un molino de viento que puede hacer funcionar un pequeño motor, o las modernas instalaciones eólico-fotovoltaicas que combinan ambos recursos renovables consiguiendo un suministro eléctrico completo altamente fiable.
El fuego suele servir de apoyo en muchas viviendas bioclimáticas, sobre todo durante los períodos de poca insolación. Además, el calor por radiación parece hacernos sentir más reconfortados. Recomendamos el uso de una estufa de combustión lenta por ser el sistema más eficiente, sobre todo cuando la estructura de la estufa es de hierro fundido, debido a la gran capacidad de irradiar calor a la estancia. Si se utiliza leña como principal fuente de combustión, es preferible utilizar la poda de árboles de madera dura (olivo, algarroba, almendro) que lleva al menos un año secándose. Las estufas de pellets son otra opción, mucho más cómoda para muchos y existe un amplio catálogo disponible. Existen calderas de biomasa, que pueden sustituir a las tradicionales de gasóleo, gas natural, propano… y con las que la vivienda obtendrá una mejora sustancial en su calificación energética.
En zonas residenciales una pequeña planta de cogeneración podría resultar la mejor forma de proporcionar calefacción/refrigeración y corriente eléctrico a la vez. La cogeneración consiste en la producción de dos o más formas de energía desde una sola fuente.
Buenos Hábitos
Una de las características de la convivencia en una casa bioclimática o de bioconstrucción es la utilización de medios de bajo consumo. En iluminación, éstas incluyen el uso de bombillas eficientes como las lámparas LED.
Las bombillas LED y los electrodomésticos de alta eficiencia proporcionarán un ahorro importante al respecto de los sistemas convencionales. El ahorro puede consistir en pautas de comportamiento básico como apagar las luces de una habitación al salir de ella, o desconectar los electrodomésticos cuando no se utilizan. La etiqueta europea de eficiencia energética en los electrodomésticos obliga a los fabricantes a indicar su consumo. Los nuevos lavavajillas, por ejemplo, han reducido el consumo de energía en un 40% y el del agua en un 60%.
- Humberto Cebada-
- Humberto Cebada-
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