lunes, 2 de enero de 2017

El futuro de la energía depende de las acciones que se realicen hoy

Humberto Cebada Echeverría

Nota Informativa de El Heraldo de Saltillo



Cortesía de El Heraldo. Foto: Carla Torres


Existen países que dependen dominantemente de recursos fósiles y en consecuencia generan gran impacto ambiental. México es uno de ellos, dijo Jorge Islas. 

Las energías alternas podría llevar por fin algo de justicia y equidad energética a las poblaciones que están marginadas del desarrollo social, afirma Jorge Marcial Islas Samperio.



Ciudad de México. El futuro de la energía depende de las acciones que se realizan en el presente, por lo que es importante hacer esfuerzos hacia una transición energética, explicó el investigador del Instituto de Energías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México, Jorge Marcial Islas Samperio.

Durante la presentación del libro Guía para un futuro energético sustentable para las Américas, realizada hace varios días en el Museo de Ciencias Universum, Islas Samperio, quien se ha dedicado a la prospectiva energética y modelación de políticas públicas en energía, señaló que si bien es cierto que hay una tasa de electrificación muy alta en la región, todavía hay millones de personas sin acceso a energía eléctrica y “estas energías alternas podría llevar por fin algo de justicia y equidad energética a las poblaciones que están marginadas de desarrollo social, educativo y confort”, afirmó.

Por ello resaltó que es importante recuperar prácticas exitosas que permitan ir contribuyendo a esta equidad energética que todavía no existe en nuestro continente, especialmente en zonas remotas. Explicó que existen países que dependen dominantemente de recursos fósiles y por consecuencia generan mucho impacto ambiental. Por ejemplo, Colombia con 50 millones de habitantes, tiene pocas reservas de petróleo y gas y mucho carbón, es de los principales exportadores de carbón en el mundo.

El integrante del Sistema Nacional de Investigadores, señaló que la dependencia de recursos fósiles es prácticamente de más del 60 por ciento en la región de las Américas, mientras que alrededor de 30 por ciento de sus fuentes de energía son renovables. En el caso de México la dependencia de recursos fósiles es más alta a nivel de la oferta de energía primaria, pues prácticamente es de 90 por ciento, dijo.

Mencionó que en un país con 120 millones de habitantes es alarmante que de reservas fósiles se tienen 10 años, de gas casi cinco años y de carbón hay para 87 años (no es que sea un recurso grande, sino que actualmente se utiliza muy poco).

“México está dejando de ser un país petrolero y el siguiente año será un país importador neto de recursos fósiles y por lo mismo es necesario hacer una transición muy acelerada hacia otras fuentes. Tenemos potencial enorme en energías renovables, por ejemplo, en hidroelectricidad tenemos 52 mil Megawatts (MW), en geotermia hasta 13 mil MW y centrales eólicas hasta 70 mil MW, mientras que en recurso solar es de 6 mil 500 GW horas, que es casi tres veces la generación de energía actual”.

Algunos de los beneficios de la transición hacia fuentes de energía diferentes se han probado en otros países. En el libro se ejemplifica una experiencia llevada a cabo en Cuba sobre electrificación solar con la que abastecieron 491 casas-consultorio (casas de médicos que a su vez son consultorios en zonas remotas), así como cuatro internados escolares de montaña, se electrificaron 2 mil 364 escuelas rurales, se instalaron 201 hornos de biomasa para agua potable, 27 bombas solares, se electrificaron más de 500 casas de campesinos con sistemas fotovoltaicos, mil 93 cocinas eficientes en escuelas, etcétera.

“Es un esfuerzo muy importante que da mucho ejemplo e ilustra muy bien lo que deberíamos de hacer”, destacó Islas.

Explicó que la leña aún se emplea en zonas tanto rurales como urbanas en Centroamérica, y países como Guatemala, Honduras y Nicaragua son las naciones que más consumen este recurso (20 millones de personas), ante lo cual, sugirió algunas alternativas más amigables con el ambiente y la salud como estufas de leña de cocción eficiente, las cuales no permiten que se acumule humo en interiores y rinde la leña en un factor de tres.

“Hay que tratar que este consumo de la leña sea sustentable por dos razones: el consumo de este recurso hasta ahora se hace de manera ineficiente y poco sustentable, es decir, se hace al interior de los hogares con dispositivos muy precarios, además los humos se quedan al interior de los hogares y contienen contaminantes que dañan la salud. También contribuye a la deforestación de los bosques y selvas”

Además, destacó que América tiene grandes recursos solares, sobre todo en países como Estados Unidos, Brasil, México, Chile, Colombia. “Existen zonas cuyos suelos permiten pensar en grandes instalaciones para construir proyectos que aporten energía solar” Un ejemplo es la planta de energía solar en el Desierto de Atacama en Chile, la cual ocupa 283 hectáreas y cuenta con 310 mil paneles solares y capacidad de 100 megawatts (MW).

En el apartado “Energía para las Américas”, escrito por el investigador, en conjunto con Wilfredo Flores Castro, ex director general de energía de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente de Honduras, se ofrece a mayores rasgos la información acerca de los recursos energéticos en América Latina. El libro Guía para un futuro energético sustentable para las Américas concreta los trabajos que se llevan a cabo dentro del programa de Energía de la Red Interamericana de Academias de Ciencias (por sus siglas en inglés IANAS).



Humberto Cebada Echeverría

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