Humberto Cebada Echeverría
Nota Informativa de Energía Hoy
29 de diciembre, 2016
Pedro Mentado
Después de tres años de Reforma Energética 2013-2016 se cierra una primera etapa que puede calificarse de exitosa en lo general: hay inversiones comprometidas por casi 60 mil millones de dólares: 52 mil millones en el sector petrolero y 6 mil 600 millones en la industria eléctrica.
Con el flujo de inversión calculada para los próximos 10 años, se estima una producción potencial de casi 20 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente (mmbpce) y casi 5 mil megawatss (MW) de energía eléctrica limpia.
El sector energético abre también un abanico de nuevas empresas nacionales y extranjeras: 42 nuevas compañías petroleras en el mercado y 35 nuevas empresas de generación de electricidad, que son la base para una nueva industria en México.
Los resultados abren oportunidad de negocios en toda la cadena del sector, lo mismo para empresas grandes, medianas y pequeñas, en las áreas de exploración, extracción y producción, pero también en las relacionadas con esta actividad: hotelería, alimentación, transporte, servicios legales y otros.
El sector energético mexicano es ya otro, lo que abre un escenario inmejorable para el 2017. A esto se suman la Ronda 2 y la Ronda 3 en el sector petrolero, así como la Tercera Subasta de Largo Plazo y la Primera Subasta de Transmisión en el sector eléctrico.
No obstante, el 2017 plantea retos complicados para el nuevo sector energético. En el corto plazo se vislumbran aún precios bajos del del crudo, un alza de precios en gas natural y temas como el uso de suelo, que se podría convertir en la “piedra en el zapato” para la implementación de proyectos incluso ya asignados.
En la agenda del 2017 aparece la apertura del mercado de las gasolinas, que más que respuestas y soluciones presenta dudas y retos para el Gobierno federal, los empresarios y los consumidores.
La Reforma Energética ha llevado hasta ahora un ritmo positivo en la industria petróleo, pero no así en Petróleo Mexicanos (Pemex) que enfrenta una crisis liquidez –otros le llaman de insolvencia–, que hace urgente una Reforma Fiscal y otros ajustes para liberar a la Empresa Productiva del Estado y que ésta empiece a competir en su propio territorio.
La firma del Farm Out con BHP Bellinton –empresa australiana– para incursionar en aguas profundas en el área de Trion, que significó recursos 1,194 millones de dólares, es oxígeno puro para la petrolera mexicana, pero eso no resuelve su problema estructural.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE), a su vez, ahora está en una posición inmejorable. El 2017 se presenta como la oportunidad para consolidar su transición de una empresa pública a una Empresa Productiva del Estado, ya con menor carga y responsabilidad en el sector eléctrico.
Sin embargo, la ola transformadora de la reforma todavía no alcanza las finanzas públicas que fueron afectadas por un fuerte recorte presupuestal y existe el riesgo de un segundo recorte para el ejercicio 2017. La economía se despetrolizó, pero las arcas del gobierno todavía no.
Temas como el factor Donald Trump, Presidente de Estados Unidos para los próximos cuatro años, ha puesto en alerta a la economía y el sistema financiero en México y el mundo, y está por verse el impacto de las medidas agresivas comerciales que el republicano ha amenazado poner en práctica.
Y esto no es todo. En el escenario se presenta una desaceleración global de las principales economías del mundo, que también afectará a México, y que alerta sobre posibles presiones al tipo de cambio, a las tasas de interés y sobre los precios del petróleo.
El año 2017 se presenta como un escenario alentador para el sector energético, pero el entorno abre riesgos para la economía y las finanzas públicas del país. Aquí el punto de vista de los especialistas.
Humberto Cebada Echeverría
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